(...) Me lo notó, claro, y me dijo que la doma es la mejor etapa y el periodo más complicado, y a la vez hermoso, del BDSM, porque es donde el Amo y la sumisa se conocen, se prueban, se miden el pulso y en donde el Amo, teóricamente, intenta adaptar a la sumisa a sus gustos. A partir de ahí, se supone que la sumisa ha aprendido sus deberes y ya actúa y obedece sin más.
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- Una sumi es feliz haciendo lo que su Amo quiere que haga. Es como si deseara cederle el control de su vida o como si le entregara parte de su voluntad.
- ¡Si claro! Y el Amo siempre tiene razón o lo que dice tu Amo y punto redondo... No cuentes conmigo.
- Ya, pero una cosa es la literatura del «yo soy tu Amo» y otra cosa es lo que, por descontado además de eso, un Amo debe ser.
- ¿Y qué debe ser?
- Debería ser tu amigo, tu aliado, tu apoyo. Alguien en quién confíes alguien a quien cuentas tus más íntimos secretos, alguien a quien le lloras cuando nadie puede verte llorar, alguien a quien puedas pedir consejo, alguien a quien siempre tendrás contigo...
- O sea que... ¿los Amos se enAMOran?
- Por supuesto. Y los Amos también lloran...
(...)
- Los Amos son hombres antes que nada, y te diré algo: si tienen la suerte de encontrar a «su sumisa», nada ni nadie será tan importante para ellos como su sumisa. La sumisa es su tesoro. Es más: sé que tú, aunque oculto todavía, serás mi gran tesoro.
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Volví a asustarme elucubrando sobre la naturaleza de mis pensamientos, sobre todo porque si seguían por este camino me harían llegar a una conclusión que no sé si tendría el valor de asumir. ¿De verdad era sumisa? ¿Tantas vueltas y giros de mi vida para esto? ¿Cómo podía admitir que era sumisa si mi rebelde y salvaje interior solo me permitía pronunciar la palabra insumisión? Definitivamente, el ser humano posee varios frentes abiertos que, al mismo tiempo, hablan idiomas diferentes: la razón dice una cosa, el corazón se expresa con otros ritmos y, finalmente, el sexo puede moverse con otro tipo de parámetros. En fin. ¡Qué hermosa es cualquier historia cuando esos tres focos se ponen de acuerdo! En lo que a mí respecta, pensé que mi corazón e incluso mi sexo parecían decir que sí a AMOSAPIENS pero mi cabeza y su encorsetada razón lo negaban rotundamente, aunque ni con mis continuas negativas dejaba aquel Amo del norte de estar acecho...
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- No quiero que me cuentes nada. Ahora mismo solo me pondría enfermo de pensar en cuanto te he deseado, en como he querido poseerte, someterte, dominarte, sodomizarte, besarte por todo el cuerpo, follarte como a una perra y azotarte, azotarte y azotarte...
(...)
- Yo sé que no pasará nada de lo que hay en mi cabeza, pero mis azotes, con toda la saña del mundo, son lo que calmaría mi rabia y tu culpa: ya ves, todo a la vez, ¡y tú sin quererlo ver!
- ¿Nos calmaríamos a costa de que me hicieras mucho daño?
- Es que te haría mucho daño, pero lo mejor del dolor ya sabes lo que es: es el premio que viene después. Todo está dividido en un proceso místico de tres: no hay cura sin herida, y no hay herida sin látigo o similar...
- ¡O sea, que el secreto está en la cura!
- Si, siempre. Es cuando un Amo sufre con las heridas que ha hecho. Es cuando demuestra el amor y sufre por el dolor de su sumisa, al tiempo que siente el placer de su dolor.
(...)
- ¿Y ella? Además de un dolor rabioso, ¿qué siente ella?
- Ella siente placer con su dolor porque ese dolor es el placer de su Amo, y el placer de su Amo es su mayor recompensa.
- ¡Sois más retorcidos que un manojo de cables!
- No, retorcidos no; intensos, complejos y completos, si. ¡El éxtasis se merece ese viaje por todas las emociones humanas!
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«Desarrolla tu capacidad de autocontrol sobre las sensaciones dolorosas para mejorar progresivamente tus prestaciones. Verás gozar a tu Amo y Señor y te sentirás satisfecha de conseguirlo.»
Aunque intuía su dolor por mi dolor y, contradictoriamente también, su placer por ese dolor que me resultaba casi insoportable, no podía ver gozar a mi Amo y Señor porque de Sapiens solo me llegaba una sombra escondida en algún rincón del habitáculo. Además no podía pensar en él porque sentí que mi espalda sangraba y me abrasaba con una quemazón brutal, directamente proporcional a cada golpe y chasquido seco que seguía retumbando en aquella cueva.
Tuve que sufrir varios latigazos (...) la palabra de seguridad fue dibujada por mis labios cuanto estuve a punto de desmayarme.
hay muchas frases bonitas
ResponderEliminarPsé, no está mal, pero sigue sin gustarme este libro :P Le he cogido manía jajajaja
ResponderEliminarUn besazo!
Ay, dioses, pero qué horror XD.
ResponderEliminarSe me revuelven todos mis instintos de libertad y modernidad leyendo estas cosas. Pero bueno, en la literatura, es normal dejar espacio a las fantasías más descabelladas, porque al fin y al cabo, no causan daño físico. Sin embargo, encumbrar este tipo de sometimiento femenino... no va conmigo, lo siento ;o)
Un besote muy modoso.
hola!
ResponderEliminardespués de leer esta serie de frases he de decir que es un libro bastante ilustrativo, en el que se aprecian las etapas por las que pasa una sumisa.
quiero decir (sobre todo a babel) que no es solo literatura, estas situaciones ocurren de verdad, y son personas que nunca te podrias imaginar que disfrutaran con ello. te pongo mi propia historia como ejemplo.
yo soy enfermera, me encanta cuidar a las personas y no soporto su dolor; sin embargo también soy una sumisa muy... como decirlo... "complaciente".
se que pueden contradecirse, pero tienes que saber que mi amo me quiere con locura, y es verdad que para el soy lo mas importante en su vida.
el disfruta con mi dolor fisico, pero más disfruto yo al ver que es la persona más feliz del mundo despues de cada sesión.
es verdad que los azotes y los latigazos duelen (he tenido quemaduras de segundo grado) pero como dice el refrán: sarna con gusto no pica =)
Tienes razón, no se puede juzgar nada, nunca digas de este agua no beberé sin antes conocer... Nunca digas nunca dicen y asi pensava yo y mira jaja Soy feminista, tengo un orgullo y un caracter cual perro peliroso y aun asi... Nunca te imaginas cuantos de los que te rodean se pueden ver en una situación así. Pero cada persona es un mundo y se han de repsetar sus gustos. Ami personalmente el libro este me ha enseñado mucho y me a encantado, el final me ha dolido tanto como a Paula la protagonista, creo que he llorado con ella, me he reido y sonrreido tantas veces leyendo, que es como si lo viviera con ella. Animos Suky y a disfrutar de tu amo tanto como el de ti jaja
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